Con 25 votos a favor, 14 en contra y 1 abstención, cumpliendo con los 3/5 de senadores en ejercicio que requería para avanzar, el Senado respaldó en general el proyecto de reforma constitucional, en segundo trámite, que busca restituir el voto obligatorio en las elecciones populares.

La propuesta de reforma constitucional fue despachada para su discusión en particular a la Comisión de Constitución y se estableció el día 7 de octubre como plazo para presentar indicaciones.

Se trata de una moción refundida-presentada en enero de 2020- que está en su segundo trámite constitucional y que, según ha señalado una de las impulsoras del proyecto, Joanna Pérez, se pretende aplicar a partir de los comicios del 21 de noviembre.

El proyecto avanzó tras tres sesiones de arduo debate, en donde las posturas a favor del voto obligatorio estuvieron centradas en la importancia de “la participación en sociedad, como una obligación legal y moral”; mientras que, en la otra vereda, surgieron dudas respecto a que “la obligatoriedad del escrutinio sea la forma de fortalecer la democracia” y algunas voces aludieron a que se atentaría incluso “contra la libertad de las personas”.

Entre las principales críticas al proyecto figuran ‘falencias’ como la falta de sanciones en caso de no cumplirse con la concurrencia a sufragar, la ‘inconsistencia’ al mantener la inscripción automática y no contar con un mecanismo de desinscripción ante la obligatoriedad de votar.