Con 10 votos a favor, dos abstenciones y uno en contra, la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados y Diputadas despachó en particular a Sala el proyecto de impuesto a los súper ricos.
La norma crea un impuesto al patrimonio de determinadas personas naturales y mega empresas, destinado al financiamiento de una renta básica de emergencia.
En la instancia se aprobó una indicación de los diputados oficialistas Jorge Alessandri (UDI) y Gonzalo Fuenzalida (RN) que busca rebajar transitoriamente el impuesto al valor agregado (IVA), fijado en 19 por ciento, a algunos productos de consumo básico y esenciales hasta diciembre de 2022, para reducir la carga tributaria a los sectores de clase media.
La propuesta de los parlamentarios oficialistas busca reducir el IVA a un 10 por ciento sobre la entrega y adquisiciones de combustibles, alimentos para la nutrición humana o animal, productos sanitarios, hotelería, asistencia sanitaria y dental, servicios de estética y belleza integral, servicios y establecimientos deportivos (como los gimnasios), flores y plantas ornamentales, y servicios y empresas funerarias.
De igual forma, pretende bajar a 4 por ciento el impuesto a productos básicos como el pan, la harina, los huevos, la leche, el queso, las frutas, las verduras, las hortalizas, las legumbres, los tubérculos y los cereales, además de medicamentos para consumo humano, prótesis, órtesis e implantes internos para personas con minusvalía, servicios de teleasistencia y ayuda a domicilio, además de libros, diarios y revistas que no contengan única o fundamentalmente publicidad.
Esta indicación fue el último y único aprobado en votación, todas las demás indicaciones fueron rechazadas, incluyendo una indicación que proponía aumentar el gravamen de un 2,5 a un 5%; y otra que incluía en el pago de este impuesto a los partidos políticos que tengan un patrimonio de más de US$22 millones.