“No debe ser vista como un atributo establecido en beneficio de los jueces, como un privilegio o ventaja social, sino más bien como una garantía de los ciudadanos”, así describió la labor jurisdiccional en una sociedad democrática y la independencia judicial, el presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva Gundelach.

La alocución se dio durante una nueva ceremonia de juramento de 81 abogados y abogadas de las cortes de apelaciones de Arica, Antofagasta, La Serena, Concepción, Temuco, Punta Arenas y el Palacio de Tribunales de Santiago.

“La cuestión decisiva radica en procurar la independencia de cada jueza o juez, de cada tribunal, para que éste pueda atender a las características del caso concreto y aplicar el derecho vigente, libre de injerencias o presiones”, insistió el Supremo.

Finalmente, el presidente Guillermo Silva  concluyó que “el rol de hacer efectivo el derecho vigente y de protección de los derechos de las personas, se constituyen en elementos que justifican y dan razón de ser al judicial, legitimándolo como pilar del sistema democrático y de derecho que, con amplio consenso, es la fórmula societaria que permite el más pleno desarrollo de cada miembro de la comunidad”. 

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