Un intenso debate que puso de manifiesto diversas convicciones morales de los diputados y las diputadas, se vivió en la Sala de la Cámara Baja, en la que se debatió el proyecto de eutanasia impulsado -entre otros, por el diputado del Partido Liberal Vlado Mirosevic-, que en diciembre fue aprobado en general en la misma Sala y a fines de marzo sorteó con éxito su paso por la Comisión de Salud.

El debate, no obstante, se extendió más de lo esperado y continuará hoy jueves, lo que provocó, a su vez, un «retraso» de la revisión de proyecto para el tercer retiro del 10 por ciento.

Durante su intervención, Mirosevic explicó que, con este proyecto, «se incorpora un párrafo de la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes referido al derecho a no padecer dolores y sufrimientos intolerables, a evitar la prolongación artificial de la vida y a solicitar la asistencia médica para morir», consigna Cooperativa.

A la vez, «se establece claramente que sólo aquel que ha sido diagnosticado con un problema de salud grave e irremediable tiene derecho a decidir y solicitar (la eutanasia), de acuerdo con los requisitos y formas establecidas en la ley de la asistencia médica para morir», agregó.

Desde el oficialismo, el diputado de Evópoli Francisco Undurraga anunció su voto a favor: «Dejemos que las personas, en forma libre, puedan decidir cómo quieren terminar su vida, en la medida en que cumplan con las condiciones que, muy bien, describe este proyecto de ley».

Miguel Ángel Calisto (DC), en cambio, advirtió que «el proyecto, tal cual como está redactado, atenta contra el valor más importante: el derecho a la vida, relativizando conceptos como el sufrimiento», consigna Cooperativa.

«Esperamos que aquéllos que tenemos una concepción del ser humano integral rechacemos esta iniciativa», dijo Calisto, representante del ala más conservadora de la DC.

En tanto, el diputado Jaime Mulet, de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), indicó que «alguna experiencia indica que las personas que están en situación de enfermedades terminales, de alguna manera, se empiezan a sentir presionadas por la propia existencia de la legislación».