Se trata de una investigación del Observatorio Judicial -centro de estudios dedicado al análisis de las decisiones y del funcionamiento de los tribunales- en que se buscó identificar los porcentajes de participación de estos profesionales en la toma de decisiones. Así, se observa que solo en 181 ocasiones (24%) estuvieron los cinco ministros de sala presentes; en el resto, en tanto, se contó con uno o dos abogados integrantes: 228 veces (31%) en el primer caso y 339 (45%) en el segundo.
A juicio de José Miguel Aldunate, director ejecutivo del organismo y responsable de la indagación, esta realidad no es ‘ninguna novedad para quienes litigan’, aunque sí le sorprende que la figura no haya llamado mayormente la atención de la opinión pública.
‘En el último tiempo, y crecientemente, hemos ido discutiendo sobre los equilibrios de la Corte Suprema, los equilibrios políticos, y el poder político se ha puesto cada vez más exigente en cuanto al escrutinio de los jueces, así como también el propio Senado’, dice.
‘Su presencia tiene una gran incidencia en el resultado de los fallos y, por lo tanto, esta configuración baja la predictibilidad de las sentencias de la Corte, eso es evidente’, comenta, y añade: ‘Cuando tenemos jueces que empiezan a tener un mayor protagonismo, la figura de los abogados integrantes empieza a incomodar un poco’.
‘Se podrían acelerar los tiempos’
Frente a estos resultados, el ministro vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, asegura que es una aproximación bastante acertada, ‘aunque faltan algunos datos complementarios’.
Uno de los factores que el informe no analiza en profundidad, según indica el propio estudio, es por qué se acude con tanta frecuencia a los abogados integrantes, así como de qué dependen las distintas tasas de participación según especialidades.
Durante 2018, la Tercera Sala, dedicada a temas constitucionales, concentró el mayor número de estos profesionales, con 15 de 187 integraciones solo de ministros (8%); seguida por la Cuarta Sala, que ve materias laborales, donde en 33 ocasiones (18%) se falló sin abogados integrantes presentes. Por el contrario, la Segunda Sala, especializada en asuntos penales, estuvo 90 veces constituida únicamente por magistrados (48%) y en 38 oportunidades (20%), la cifra más baja, contó con dos abogados integrantes.
Para Cisternas hay un hecho clave para explicar estos datos: las vacancias que se generan tras el retiro de un titular del Poder Judicial, donde como por ley el reemplazo no puede ser realizado por suplentes, sino por interinos, que deben someterse al mismo sistema de nombramiento de los titulares, la solución son los abogados integrantes.
El mayor problema, agrega, es el tiempo que pasa entre la jubilación de un magistrado y la elección del siguiente, que en promedio demora cinco o seis meses. En el caso de los últimos tres procesos, por ejemplo, el cargo de Pedro Pierry se demoró exactamente un año en llenarse con la designación de Arturo Prado, en 2017; María Angélica Repetto llegó a la Corte Suprema en julio de 2019 para ocupar el puesto dejado por Milton Juica en mayo de 2018, y Mauricio Silva fue nombrado en enero pasado, ocho meses después de que Carlos Cerda abandonara su puesto.
‘Se podrían acelerar un poco los tiempos, sacar esto de una tramitación meramente burocrática para que sea más expedito, pero eso necesita una reforma constitucional, y a veces las reformas constitucionales para cosas pequeñas como esta no son muy aceptadas o no andan muy rápido, y menos ahora’, asegura.
Propuesta de suplentes
Ya que para su elección no tienen las mismas inhabilidades que un ministro, las principales críticas a los abogados integrantes se refieren a potenciales conflictos de interés que puedan llevar a que no cumplan con el deber de imparcialidad.
Para evitarlo, Cisternas asegura que la Corte Suprema, al elaborar las ternas que serán propuestas al Presidente de la República, busca candidatos que no tengan un intenso ejercicio de la profesión, que desempeñen actividades académicas o se dediquen al rubro de estudios, informes o arbitrajes.
A la fecha, sin embargo, se han ideado varias posibles reformas a la figura, muchas de las cuales han derivado en proyectos de ley que no terminaron su tramitación en el Congreso.
La Corte Suprema también se ha referido al respecto, siendo su última propuesta de 2017.
Es así como se ha pensado aumentar las inhabilidades e incompatibilidades de los abogados integrantes; prohibir que ejerzan mientras estén en el cargo; reemplazarlos por otros miembros de la administración de justicia -en esta línea iba lo propuesto durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y en el primer período de Sebastián Piñera- o por ministros suplentes. Esto último corresponde a lo expresado por la Corte Suprema y, además, replica la experiencia del Tribunal Constitucional desde hace una década.
No obstante, Cisternas aclara que actualmente hay suplentes para reemplazos de más de 15 días, como licencias médicas o vacaciones -este año se han nombrado siete y corresponden a magistrados de Santiago, Valparaíso y Talca-, pero cree que de avanzar una iniciativa de estas características, probablemente el mecanismo debiera ser designarlos ministros reemplazantes, con otro escalafón, sueldo y todas las prerrogativas e inhabilidades de los jueces titulares.
‘Es un tema que en este momento no está en tabla, no está presente. Nosotros lo informamos en su oportunidad, pero no avanzó más. Sin embargo, no es algo acuciante, porque en general la institución funciona bastante bien’, asegura.
‘Aportan una mirada fresca’
‘Más allá de que salvan un problema práctico, aportan una mirada fresca y especializada’, indica Aldunate sobre los abogados integrantes. Una opinión que el vocero complementa asegurando que, en su experiencia, ‘se desempeñan muy bien, hacen un gran aporte, son responsables y generalmente denuncian prontamente alguna inhabilidad que puedan tener’.
Sin embargo, el investigador del Observatorio Judicial suma otro elemento a la discusión: si se debiera aumentar el cupo de magistrados titulares provenientes desde afuera del Poder Judicial, que actualmente es de cinco de los 21 que integran la Corte Suprema, para evitar perder esta mirada novedosa, propuesta que Cisternas desestima al considerar que la actual proporción es correcta y representativa.
‘Hay que considerar toda la fuerza de lo que es la carrera, de lo que significa haber estado como juez en distintas localidades, en la primera línea; del juez de garantía o de familia, que tiene los casos, la presión del público, las complicaciones humanas de ejercer en esa área. Esa es una riqueza muy grande’, estima.