El presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, y la ministra encargada de Asuntos de Género y No Discriminación, Andrea Muñoz, encabezaron la ceremonia de conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, realizada en el hall central del Palacio de Tribunales.

La actividad contó con las presencia del fiscal nacional, Jorge Abbott; el defensor nacional, Andrés Mahnke; ministras, ministros y la fiscala judicial de la Corte Suprema; magistrados de la Corte de Apelaciones de Santiago, el director de la Academia Judicial, Juan Enrique Vargas; representantes de las asociaciones gremiales del Poder Judicial y organismos internacionales.
En su discurso, el presidente de la Corte Suprema indicó que «si bien el Estado de Chile ha logrado avanzar en el reconocimiento de derechos y ha adoptado medidas específicas para garantizar vidas libres de violencias para todas las mujeres y niñas del país, aún queda mucho por hacer, como lo han demostrado las alegaciones de violencia sexual contra mujeres y niñas, entre ellas, desnudamientos forzados, tocaciones y tortura sexual, que están siendo denunciadas por diversos instituciones nacionales e incluso señaladas por Organismos Internacionales de Derechos Humanos».
Agregó que «ante ello, constituye una obligación para los Estados, y en particular de los tribunales y operadores y operadoras de justicia, implementar estrategias para visibilizar y atender adecuadamente los casos de violencia sexual teniendo a la vista los principios fundamentales de toda investigación viable sobre casos de tortura, estos son: la competencia, la imparcialidad, independencia, prontitud y minuciosidad».
Por su parte la ministra Andrea Muñoz señaló que si bien «la situación que vive estos días la sociedad chilena, nos ha remecido y hecho preguntarnos muchas cosas que a lo mejor no veíamos, o que nos era más cómodo no ver, hay otras que aún nos cuesta comprender. Como quiera que sea, parece haber consenso en que hay un foco común de insatisfacción o malestar manifestado por una parte importante de la población, el de la desigualdad».
Añadió que eso «entronca  con el tema que nos convoca, ya que la desigualdad histórica  que han vivenciado las mujeres opera como causa y como efecto de la violencia de que son víctimas, lo primero, porque su posición de desventaja en la sociedad, la desvalorización de los femenino frente a lo masculino, genera relaciones de poder desiguales que abren espacio a la violencia; lo segundo porque la violencia de que son objeto las mujeres impide o pone una barrera a un desarrollo igualitario».
En esa línea, la ministra destacó que «el Poder Judicial ha estimado necesario abordar seriamente una de las manifestaciones de violencia contra las mujeres que, por diversas razones se ha mantenido invisibilizada y que se verifica en el lugar de trabajo, el fenómeno del acoso sexual».
«La idea es avanzar en consolidar una cultura que no tolere este tipo de violencia, menos en una organización cuya misión es impartir justicia, para lograr de verdad espacios seguros, libres de violencia, que son reflejo de instituciones sanas y respetuosas de los derechos de todas las personas», finalizó.
La ceremonia culminó con la interpretación de dos piezas de música clásica de la Orquesta de niñas del Liceo María Auxiliadora de Punta Arenas, quienes viajaron especialmente para esta ocasión.