Pasadas las 23:00 horas del sábado, M.R.V. vio que una persona saqueaba un supermercado en Maipú, cerca de su casa. El hombre, jubilado, sacó su arma inscrita y, junto a su yerno, se dirigió para impedir el robo. Al tratar de ‘pegar un cachazo’ con el arma al delincuente, se escapó un tiro y dio en la cara del yerno. La víctima quedó con lesiones graves.
El anterior es uno de los episodios extremos de las consecuencias en que pueden terminar los episodios de autodefensa de ciudadanos, en el contexto de los últimos días de convulsión social que vive el país.
Durante el fin de semana se observó, por ejemplo, que grupos vecinales se organizaron a las salidas de supermercados o de sus residencias, algunos usando chalecos reflectantes, siendo denominados como ‘chalecos amarillos’. La gente portaba palos, bates e incluso los trabavolantes de sus vehículos.
Corte Suprema: ‘Libertades limitadas’
Militares apostados en el frontis del Palacio de Tribunales, las puertas cerradas a las 13:50 horas, y el ingreso restringido por calle Morandé, en el centro de Santiago, fueron la evidencia, ayer, de lo que dijo el ministro vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas: que la situación del país es ‘muy grave’. Consultado sobre la decisión de algunos vecinos de autoproteger sus barrios por miedo al vandalismo, responde: ‘Pienso que eso es una actitud lícita. Que quien vea amenazada su propiedad, su familia, tiene derecho a tomar medidas defensivas’.
No obstante, el ministro hace una aclaración, que esto debe ser ‘para defenderse; no para atacar y no para defenderse en forma desproporcionada, de manera que no se le impute finalmente a él un delito. Si yo reduzco a una persona, es absolutamente innecesario que le dé diez patadas adicionales, ni mucho menos que lo deje fracturado’.
Y sobre los efectos y libertades de decretar estado de emergencia, Cisternas reflexiona que ‘si se decreta toque de queda, por ejemplo, quedan limitados los derechos de las personas. Y las situaciones excepcionales tienen precisamente como característica dotar de mayor poder a la autoridad (…), y eso normalmente conduce a que nuestras libertades queden limitadas’.
Finalmente, el vocero del máximo tribunal hace un llamado ‘a dialogar más’, y que como sociedad, ‘nos abramos a encontrar prontas soluciones a muchos problemas que son los que precisamente generan situaciones de convulsión y de la naturaleza a que estamos en este momento abocadas’.
‘Autoridades sobrepasadas’
En esa línea, consultados expertos, coinciden en que se trata de casos excepcionales de autodefensa de la sociedad civil, generados por una falla en la seguridad que debe proveer el Estado, en una situación en que ‘las autoridades se han visto sobrepasadas’.
El director ejecutivo de Fundación Paz Ciudadana, Daniel Johnson, recalca —algo que comparten todos los consultados— que ‘la autodefensa es algo no deseado en una democracia’. Pero, agrega, ‘responde a una situación extrema: las familias están diciendo que el Estado no las está protegiendo y, por lo tanto, optan por autodefenderse’.
‘No es óptimo’
El profesor de Derecho de la Universidad Diego Portales Cristian Riego indica que ‘es comprensible que frente a la sensación de desprotección la gente se junte’. Respecto a la legitimidad y los límites de esta autoprotección, indica que ‘la única justificación para actuar es la legítima defensa’. Esto, porque —explica— ‘la legítima defensa requiere de una agresión de un tercero: un tercero que está caminando o que pretende impedir el paso hacia algún determinado lugar. Si no hay agresión, todos los actos que hagan estas personas son ilegítimos, son delictivos’.
En tanto, el presidente ejecutivo de Espacio Público, Mauricio Duce, coincide en que esta legítima defensa es una facultad que otorga la Constitución. Pero agrega que esta atribución no debe ser excedida. ‘Quien tiene el deber de asegurar la seguridad pública es la autoridad, es quien tiene las herramientas y quien tiene la experiencia. Los ciudadanos, en cambio, que no tenemos la experiencia y no tenemos las herramientas, podemos generar más problemas, como excesos del uso de actuaciones de autodefensa que no son amparadas por la ley’, explica.
Y la académica de la Facultad de Derecho de la UC María Elena Santibáñez dice que ‘no es óptimo’ que grupos de ciudadanos se defiendan, pero que responde al contexto: ‘Claramente, es por la situación que estamos viviendo’. En ese sentido, explica que hay que considerar que es un estado de emergencia. Y acota que pese a la legitimidad de dicha autodefensa, ‘no puedes provocar la agresión ilegítima’.
Fuente: El Mercurio