Los ministros de la Corte Suprema estaban reunidos en Punta Arenas, excepto su presidente, Haroldo Brito, quien viajó de emergencia a la capital, cuando en Santiago se anunciaba que a partir de las 22:00 horas habría toque de queda.

El vocero del máximo tribunal, Lamberto Cisternas, conversó con ‘El Mercurio’ sobre la medida.

—¿Cómo ve esta situación del toque de queda? ¿Qué peligros se pueden generar?
—La dictación de toque de queda es una atribución exclusiva del jefe de la fuerza a cargo de la zona de emergencia. Esto obliga a que las personas sean muy cuidadosas, porque está la posibilidad de que si le piden el alto y no obedece, las fuerzas de orden disparen simplemente y se genere un problema.

—¿Qué pasa con los derechos de las personas cuando hay toque de queda?
—Las personas conservan sus derechos en general, pero si estas infringen las disposiciones del toque de queda, pueden ser detenidas. Será dispuesto ante un tribunal para que este resuelva la situación. No más allá de eso.

—¿Qué es lo que puede pasar si no hacen caso a la orden de un militar?
—Depende de la circunstancia concreta, porque depende a qué hora suceda, si es muy cerca o no del término del toque de queda, cuál es el lugar, en qué situación anda la persona y cuál es el criterio de quien está a cargo de la patrulla. Hay muchos casos en el pasado cuando hubo toque de queda en que estas patrullas auxiliaban a las personas que salían buscando auxilio para la ambulancia, la salud y que llevaban una camisa o bandera blanca. Pero si la gente se resiste y no obedece, pueden ser aprehendidos o puede incluso que llegue a dispararse.

—¿Cómo ve la situación que está ocurriendo?
—Aquí opino como ciudadano y creo que es una situación lamentable en que la sociedad no ha podido hacer frente a cuestiones internas que tensionan la vida. Normalmente la sociedad va pasando por estos períodos. Entonces, está la buena conducción de las autoridades por una parte y la reacción de las personas que piden que se le reconozcan derechos o se le den beneficios. En la medida que esto tenga ciertos márgenes de moderación y fundamentalmente cauces de avances, se solucionan. Si no, se produce una tensión más fuerte que lleva a estos destrozos y lleva a una reacción más dura de la autoridad para restablecer el orden y puede significar problemas como limitación de derechos de las personas. Eso daña la convivencia y la confianza.

—¿Cree que esto se puede haber evitado?
—Siempre es posible que estas situaciones se eviten, pero yo no tengo aquí una visión muy clara que me permita dar una opinión, porque dedicado uno al ejercicio de su función, no tiene la posibilidad de hacer un análisis desde todo el contexto político. Pero me inclino a pensar que muchas veces estas cosas pueden evitarse si las partes están abiertas al diálogo y la autoridad tiene la perspicacia para buscar algunas vías de solución.

—¿El rol del juez en este punto es velar por los derechos de los ciudadanos?
—De todas maneras, eso rige siempre y con mayor razón en situaciones excepcionales. Tienen que estar más atentos y prestar especial cuidado a las circunstancias que rodean cada detención para poder pronunciarse.

—¿Cree que habrá un alza en los recursos de amparo?
—Siempre sucede así en estos casos, cuando se producen detenciones en situaciones de emergencia o excepción constitucional.

Fuente: El Mercurio