Cuatro días tuvieron para votar los alumnos de Derecho de la U. de Chile, vía online, si aprobaban o no los nuevos estatutos para su centro de alumnos. El plazo se extendió hasta el pasado lunes y hubo 790 votos, incluyendo 528 a favor. Esto permitió alcanzar el quórum: la participación llegó a 26,8%, levemente sobre el 25% que exigía el proceso.
El nuevo texto —que reemplaza al de 2013— ha generado discusión por algunos artículos. Señala, por ejemplo, que el Centro de Estudiantes de Derecho (CED) busca ‘en el largo plazo, aportar en la construcción de una sociedad anticapitalista, antiespecista y antiimperialista’. El especismo, según define la Real Academia Española, es la ‘discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores’.
En el segmento que consigna causales para inhabilitar candidaturas, en tanto, se apunta a opciones como la existencia de denuncias por violencia de género o que un estudiante pida revisar la compatibilidad de la persona con los principios de los estatutos.
Juan Carlos Bustos, presidente de la Centro Derecha Universitaria y alumno de Derecho, acusa que esto iría contra la diversidad. ‘¿Tendemos todos a ser veganos y si no lo eres, vas contra los estatutos?’, señala.
Polette Vega, secretaria del movimiento y futura candidata a la presidencia de la federación de la U. de Chile, añade que el texto ‘tiene una línea que tiene que ver con el totalitarismo’.
Patricio Sainz, integrante del movimiento Conciencia Democrática y estudiante de la facultad, asegura que ‘parece una imposición de cierta forma de pensamiento’.
Paula Astudillo, presidenta del CED, afirma que modificar los estatutos fue una promesa de campaña en vista de que había ‘una baja de participación en la política universitaria (…) Creemos que una de las razones es que las formas de organización no representaban a la gente’.
En un plebiscito, los alumnos apoyaron el cambio y luego, mediante un Congreso —conformado por 17 alumnos—, se realizaron jornadas abiertas de discusión para redactar el texto.
A juicio de Astudillo, la opción de bajar candidaturas contrarias a los lineamientos del CED no incluye los objetivos declarados a largo plazo, a pesar de que están consignados en el mismo segmento que principios como la igualdad y el feminismo. ‘Es una interpretación errada, pero se entiende, porque la redacción del artículo es confusa y puede dar pie a que se interprete que si una lista no es antiespecista, la puedan impugnar’, reconoce. Ante eso, añade, impulsarán ajustes.
Sobre la opción de que una denuncia derive en inhabilidad de un candidato, asegura que plantearán que los casos deban estar en manos de la justicia o la Dirección de Género del plantel; los estatutos, en tanto, también consideran válidas las acusaciones hechas en organizaciones políticas o estudiantiles.
Con todo, Astudillo considera que ‘hay veces en que uno tiene que sacrificar el principio de inocencia para proteger a una compañera que se siente en peligro’.
El exdecano Roberto Nahum cuestiona la medida: ‘Basta con que uno, con el afán de impugnar a una persona, le invente una denuncia (…) Lo encuentro muy poco democrático y curioso, por decir lo menos’. Consultado por los nuevos estatutos, el decano Pablo Ruiz-Tagle afirmó que ‘respetamos la autonomía de los estudiantes de nuestra facultad para deliberar y criticar los estatutos que regirán su organización’.

Fuente: El Mercurio