Una delegación del Poder Judicial encabezada por el ministro y coordinador nacional del programa Tribunales de Tratamientos de Drogas (TTD), Roberto Contreras; la magistrada del 6° Juzgado de Garantía Santiago, Vania Boutaud y el magistrado del 2° Juzgado de Garantía de Santiago, Alberto Amiot, participó en el V Congreso Iberoamericano sobre justicia terapéutica realizado en La Plata, Argentina.
El encuentro reunió a profesionales de diferentes disciplinas relacionadas con la ley, operadores del sistema de Justicia, integrantes de los Poderes del Estado, instituciones académicas y organizaciones sociales.
«La idea del congreso fue dar a conocer las diversas experiencias que se desarrollan en materia de justicia terapéutica a nivel Iberoamericano. Uno de los aspectos abordados fue el programa de Tribunales de Tratamiento de Drogas y a mí me correspondió dar una conferencia que tuvo por objeto dar cuenta de cómo ha venido operando en Chile y cuáles son las proyecciones del Programa, sobre todo porque Argentina y también Perú están implementando un programa piloto que toma los lineamientos del modelo chileno, buscando fortalecer en Iberoamérica esta forma de impartición de Justicia», explicó el ministro Contreras.
«Mi exposición -agrega- fue muy bien recibida, participaron importantes autoridades judiciales y políticas de la federación de la nación Argentina y de la ciudad de la Plata. Además fue muy importante y provechoso para nosotros como representantes de Chile porque muestra todos los avances que hemos sostenido para abordar la relación droga / delito y de qué manera hemos alcanzado resultados exitosos».
En tanto la magistrada Boutaud participó en un conversatorio denominado «Reflexiones teóricas de alcance práctico con orientación en Justicia Terapéutica». «Básicamente compartí la experiencia de lo que ha sido ser juez TTD, tanto de adolescentes como en adultos y hacer un análisis de los niveles de efectividad que han tenido en relación a la reinserción tanto escolar como laboral que han alcanzado muchos usuarios así como también evitar la criminalización y el éxito que ha tenido el programa sobre todo en adultos, considerando que los menores tiene un nivel mayor de deserción al tratamiento», comentó.
En este sentido, la magistrada detalló que «se trata de un programa que nos permite tratar al imputado como un usuario, como una persona que está enferma, en la cual tanto el fiscal, como la defensa y el juez asumen un rol distinto al tradicional con una importante carga emotiva al momento de realizar las audiencias. Lo importante que resulta para ellos que alguien ajeno a sus familias intente entender lo que les pasa, más aún luego de haber sido formalizados por un delito cometido en el contexto del consumo de drogas y alcohol. Esa experiencia que nosotros hemos podido desarrollar y compartir con los jueces argentinos tiempo atrás, lo que permitió que se replicara el modelo en dicha nación», señaló.