Tras la fallida nominación como integrante de la Corte Suprema de la ministra Dobra Lusic, quien pidió al Gobierno que retirara su nombre tras diversos cuestionamientos, el debate en el Senado se ha centrado en las exigencias que quiere incorporar en las entrevistas de los postulantes (ver relacionado).
La discusión también se ha enfocado en la existencia de operadores políticos, y los nexos entre los magistrados y senadores.
El vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas —quien fue uno de los que votó por la ministra Lusic—, aborda abiertamente el tema y confirma que conoce a Eugenio González, quien es identificado como el ‘operador’ del senador PPD Guido Girardi. El mismo que organizó una cena en la que participaron varios supremos. Y el que junto con Girardi se reunió, en octubre de 2008, con el actual presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, y con el expresidente, Rubén Ballesteros, en un restaurante capitalino. En esa ocasión, ambos aseguraron a ‘El Mercurio’ que no se trató ‘nada especial ni particular’ en ese encuentro.
Cisternas responde algunas interrogantes relacionadas con las nominaciones y estos nexos.
—¿Qué opina de la propuesta del senador Felipe Harboe?
—Es una medida coincidente con lo que yo he dicho. Pienso que deben subirse los estándares de examinación por la Corte Suprema y la comisión del Senado. Si el Senado necesita pedir antecedentes a la Corte Suprema o a las cortes de Apelaciones, que los pida.
‘Me parece que la proposición va en la línea correcta de subir el estándar’.
—¿Qué cambios se debieran realizar en la Corte Suprema?
—Los antecedentes de los que disponemos suelen ser bastante completos, pero siempre es bueno contar con la mayor cantidad de ellos.
‘En este caso (de Dobra Lusic) hubo cosas que se mencionaron a última hora y a ello me refería cuando dije: ‘con esos antecedentes a disposición a lo mejor, y recalco a lo mejor, podría haber sido distinta la votación».
—¿Se van a exigir nuevos antecedentes en próximas quinas?
—No lo tengo claro, porque no nos hemos abocado a la revisión de esa parte. Posiblemente, cuando se haga un nuevo llamamiento, podrá deliberarse sobre ello.
—¿Qué le parece que el interrogatorio sea más exigente y con más senadores?
—Este trámite no está contemplado en la Constitución y ha sido una creación de costumbre. De manera que si se hace en términos respetuosos y convenientes, pienso que ningún postulante se va a molestar por contestar en esas condiciones.
—¿Cree que ha influido en las decisiones del Senado la manera en la que fallan los ministros?
—Tengo la impresión que no se quiere cuestionar la forma de fallar. Quiero creer que no se va a cuestionar por eso, pero sí es un elemento que hay que considerar. Lo que hacemos es fallar, es uno de los elementos más importantes, por lo que debe considerarse.
—¿Piensa que influyó en estas exigencias en el Senado el tema de los operadores políticos?
—No sé cual es la razón, lo que sí rescato es que va en el buen camino para hacer más serio y acucioso el trámite.
‘Si es una cosa subrepticia (reuniones con operadores), con otro sentido, es condenable’
—¿La Corte Suprema adoptará alguna medida respecto de los operadores políticos?
—No tenemos ninguna medida que adoptar, porque está fuera del ámbito de nuestra actividad.
—Hay molestia de algunos de sus pares que se han retirado enojados en los últimos juramentos de supremos por la presencia de Eugenio González (sindicado como operador de Girardi), porque incluso abraza a los nuevos magistrados…
—No me he fijado si ha estado en todos o algunos de los últimos juramentos. En el mío sí estuvo, no tengo ningún inconveniente en decirlo, pero a mí no me molesta.
—¿Los ministros que postulen a la Suprema deben juntarse con políticos o nexos de estos?
—Lo importante es el sentido de cualquier conversación que se tenga. Si es normal, no hay problema, porque uno conoce a mucha gente. Si es una cosa subrepticia, con otro sentido, es condenable.
—¿Y qué le parecen las comidas con políticos?
—Si un senador me invita a su casa, a una comida, para mí no hay problema si es una cosa de camaradería. Si tiene otro sentido, uno sabrá distinguir. Yo siempre pregunto quiénes serán los contertulios y, dependiendo de ello, decido.
—¿Esta es una práctica muy común en la Corte Suprema?
—No me atrevería a decir que es una práctica común.
—¿Qué le parece la decisión del Gobierno de terminar con los acuerdos políticos?
—La autoridad política y ejecutiva tendrá que ver cuál es el camino que mejor se adecua a su propósito de designar a una persona determinada.
—¿Esto puede provocar que otros ministros sean rechazados en el Senado?
—La situación en estos momentos es ‘de cara o sello’, algunos nombramientos pueden ser acogidos y otros rechazados.
—¿Cree que afectó el nombramiento de Lusic el que vieran una queja dos días antes de la elección? ¿Fue una intervención de la Corte Suprema?
—Las cosas deben verse rápidamente, cuando llegan al tribunal, y esto llegó un mes antes, debió verse con anterioridad. Esto pudo interpretarse como que era una intervención de la Corte Suprema, pero en rigor lo que se estaba haciendo era darle curso a algo que ya estaba, en mi opinión, demorado, atendida la naturaleza del asunto.
Fuente: El Mercurio