El presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, se refirió a la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, más conocida como Comisión Rettig, en vísperas de un nuevo aniversario de su creación, el 25 de abril de 1990.
«Lo destaco porque fue el primer esfuerzo que se hizo por alcanzar el esclarecimiento, la verdad de lo ocurrido durante aquellos años en los que se vivieron numerosos sucesos de represión y violaciones a los Derechos Humanos», indicó.
En su discurso, pronunciado en una nueva ceremonia en donde juraron cincuenta nuevas y nuevos abogados, la autoridad dijo que «en la actualidad resulta impensable un control jurisdiccional que desatienda la aplicación de los tratados internacionales o los estándares elaborados para los órganos de control de los tratados, puesto que si algo distingue a la jurisprudencia actual es ser más proclive a la integración del derecho internacional de los derechos humanos en la decisión de los casos».
Agregó que «hoy no es posible ignorar esta clase de derechos y la jurisdicción generada por el Derecho Internacional. Es por ello que me ha parecido pertinente y relevante recordar con ustedes este hito nacional en la promoción, defensa y protección de los Derechos Humanos, porque en mi comprensión, tal hecho es de enorme valor ético, jurídico y político».
Esta fue la vigésima primera ceremonia del presente año, ascendiendo a 1040 los profesionales titulados a la fecha.