Mauricio Duce fue parte del equipo técnico que en 1996 delineó la Reforma Procesal Penal y luego asesoró en su implementación. Hoy como académico de la Universidad Diego Portales, analiza la crisis en la Fiscalía Regional de Rancagua a raíz de las denuncias cruzadas entre el persecutor de Alta Complejidad de Rancagua, Sergio Moya,  y el fiscal regional de la zona, Emiliano Arias. El primero acusa a su superior de tráfico de influencias en el caso Caval y obstrucción a la investigación en las indagatorias contra el ministro de la corte de Apelaciones, Emilio Elgueta. Arias, en tanto, se defiende acusando una estrategia comunicacional en su contra.

Duce dice que alguien miente y recién cuando se sepa quien lo hace, se podrán tomar medidas de control efectivas en la institución.

¿Qué arriesga hoy el Ministerio Público frente a esta polémica?
La Fiscalía enfrenta, efectivamente, una situación súper compleja. Debe tener mucho liderazgo porque si no se hace bien, pueden quedar su prestigio y su confianza pública completamente desplomadas.

¿Dónde está el nudo que genera este tipo de conflicto que amenazan la imagen de la institución?
Lo que ha enseñado el caso de Rancagua es que hay que tener mucho cuidado en anticipar juicios. En Rancagua el conflicto recién se destapó. Si se prueban las denuncias de Moya, tenemos un tipo de problema que es muy distinto a si se prueba que Arias tiene la razón. Lo que sí sabemos es que alguien está mintiendo. Si Moya tiene razón, hay problemas serios de configuración de cómo se ejerce la autoridad de la fiscalías regionales. Si Arias tiene la razón, tenemos un problema de disputa interna…

¿Hay una excesiva independencia de los fiscales que está acarreando un problema para la institución?
La Ley Orgánica del Ministerio Público supone que los fiscales regionales tengan un cierto espacio de vocería y de liderazgo. Pero en presencia de una institución unitaria y jerárquica que supone que desde la Fiscalía Nacional haya pautas concretas y mucho liderazgo. Uno podría notar es que hoy día ha habido cierta pérdida de liderazgo de la Fiscalía Nacional. Este conflicto da cuenta de eso.

¿Esa pérdida de liderazgo tiene que ver con el fiscal Jorge Abbott, que hoy ejerce el cargo, o con un tema de estructura que hay que revisar ?
Tiene que ver con varias cuestiones. Obviamente, los liderazgos tienen que ver con personas, es un factor siempre presente pero también con configuración institucional. Efectivamente lo que ha ido ocurriendo es una cierta dinámica de mayor peso y autonomía de los fiscales regionales, porque el sistema ha crecido, tiene más confianza. Los fiscales en particular han ido adquiriendo cierto poder por el prestigio en los medios, por su actuación en los casos que les da legitimidad pública y acceso a medios. Eso te va dando mayor autonomía en la práctica. Además, es una institución que se ha ido corporativizando y hoy es extremadamente cerrada para los externos. Cuando tienes instituciones endogámicas y cerradas, se refuerza el poder interno y tu autonomía como unidad. Eso creo que ha sido un problema.

¿Coincide con quienes apuntan a un exceso de protagonismo de los fiscales?
Yo creo que hay que distinguir dos cosas. Hoy en las sociedades democráticas modernas, en todos lados del mundo, los fiscales adquieren un protagonismo importante por la función que se les asigna. En todos lados hay delitos de alto interés público y, obviamente, los fiscales están extremadamente expuestos públicamente. Los fiscales se transforman en rockstar, es un fenómeno natural y puede ser un incentivo para tener a gente de mucha calidad en el Ministerio Público. Distinto es que se adopten decisiones (judiciales) solo por razones de publicidad o de presencia pública. Para eso tiene que hacer un control de las propias fiscalías.

 Arias ha dicho que la Fiscalía debe estar bajo la fiscalización de la Contraloría…
En Chile hemos avanzando hacia la creación de un conjunto de poderes e instituciones de carácter autónomo, la Fiscalía es un ejemplo. Pero la autonomía no es equivalente a autismo institucional y a no control. La autonomía puede tener cierto valor para proteger un espacio de actuación donde no queremos que se contamine, por ejemplo, con la política. Pero no eso significa que no exista un sistema de contrapesos adecuados. En Chile fuimos bastante campeones en avanzar hacia sistema de autonomía, pero con poco diseño institucional de los contrapesos y los controles. Esto es un problema que debiera discutirse en profundidad. No se resuelve con las medidas más obvias….

¿Cómo la propuesta del senador Moreira de acusación constitucional?
No me parece que esa sea una buena solución. Primero porque no tenemos clara la dimensión del problema. Está saliendo con la solución a un problema que no tenemos claro en qué consiste. Si descubrimos que no era que el fiscal regional hiciera cosas incorrectas, ¿cómo resuelve ese problema con la propuesta del senador Moreira ? Por el contrario, genera el enorme problema de que hay una cierta tutela de la política por sobre las decisiones de persecución penal. Además proviniendo de un senador que hasta hace poco fue investigado. Comprenderás que es legítimo tener dudas….

¿Cuál cree entonces que debiera ser el mecanismo de control?
No estoy haciendo ninguna propuesta. Hay que sentarse a conversar dónde están los déficit de control. Me parece razonable discutir cómo mejorar los mecanismos de control pero hay que hacer diagnóstico.

“He echado de menos más presencia de Abbott”

 ¿Pero cómo se puede controlar que no haya decisiones con el fin de lucimiento personal?
Los espacios de autonomía de los fiscales regionales están matizados porque tienen que pasar por una política general de persecución penal y de liderazgo de la Fiscalía Nacional. Pero en la persecución de casos delicados con la opinión pública comprometida, uno esperaría que las decisiones no emanen de un solo fiscal, sino de equipos de trabajo y sean visadas por las autoridades regionales.

Arias habla de descontrol y dice que ésta no es la institución que instaló el fiscal Guillermo Piedrabuena…
Si hay un descontrol es un problema tanto regional como nacional. Yo tendría cuidado porque aquí hay mucha agenda dando vueltas, hay mucho conflicto entre las personas involucradas. He echado de menos mucha más presencia de la Fiscalía Nacional en estos conflictos. Estoy sorprendido de que en estos días las voces que se escuchen sean las del fiscal Moya y Arias, pero -prácticamente-  nadie de la Fiscalía Nacional está cumpliendo un rol fuerte explicando el problema y dando cuenta pública de las medidas que se están adoptando.

¿Quiere decir que el fiscal Jorge Abbott no ha cumplido ese rol?
El fiscal Abbott o sus equipos. Eso es un problema de falta de presencia de la Fiscalía Nacional, pero los problemas de control interno a nivel de las decisiones de las regiones también emanan de las fiscalías regionales….

Fuente: La Tercera PM