En medio de la crisis por la que atraviesa la Corte de Apelaciones de Rancagua, el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, volvió a hacer un llamado a la importancia que tiene la ética en los jueces.

El ministro Brito, durante la ceremonia de juramento de los nuevos abogados, aseguró que “la responsabilidad de los jueces y juezas supone algo más que la dictación de sentencias. Los jueces deben estar conscientes de la relevancia de esta función y de las expectativas de servicio que la sociedad radica en el sistema de justicia”, consigna La Tercera.

El magistrado agregó que “el buen juez es independiente e imparcial en el ejercicio de su función. Juzga con prudencia, lo que supone hacerlo con conocimiento de causa y del derecho; tiene conciencia social y fuerte compromiso personal de formación continua; es respetuoso con sus colaboradores y con todas las personas que intervienen en el proceso”.

En su discurso, el supremo destacó que “la sociedad espera y confía en que los jueces sean imparciales, esto es que al decidir su voluntad no esté condicionada por algún elemento extraño al proceso”.